Cientos de miles de renos hacen un viaje de mas de 1000 km entre sus territorios de reproducción , en la tundra, y sus refugios invernales, en los grandes bosques de coníferas de la taiga.
A principios del invierno la tundra se cubre con una capa de hielo que impide a los renos apartar la nieve para acceder a la vegetación que se encuentra debajo. De modo que se mudan a los bosques, donde la nieve no se ha solidificado.
En primavera, entre febrero y abril, miles de animales regresan juntos a la escabrosa tundra, siguiendo los senderos marcados, un sólo rebaño puede extenderse 300 km.
Cuando llegan a los sitios de reproducción, en mayo, las hembras preñadas paren inmediatamente, los terneros crecen con rapidez y cuando pueden pastar por su cuenta, el rebaño se desplaza otros 200 km, hacia pastos más bajos y verdes.
En julio, pequeños grupos empiezan a partir lentamente hacia el sur, donde hay vegetación, y llegan a los bosques en septiembre, preparados para pasar el invierno.