Cuando llega el momento de cortejar a una hembra, el ave fragata trata de llamar la atención de ésta inflando sus llamativos buches de un intenso color rojo.
Esta ave tarda varios minutos en llenarse los pulmones e inflar la bolsa de su garganta como un globo, hasta que queda tensa como una piel de tambor.

El cortejo involucra una serie de sonidos que van desde el agitar de las alas, hasta el tamborear del buche; los machos no pueden perder el tiempo y deben aprovechar la época para conseguir reproducirse y pasar sus genes a la siguiente generación. Las hembras seleccionan a los machos mediante la combinación de dos características visuales: el nido y el buche.

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