Pandemia
La incontenible propagación de un virus o una enfermedad potencialmente letales es un peligro latente que ha pulsado a lo largo de la historia. La pandemia es un agente que no se puede descartar como posible detonante de nuestro final. Para avalar esta afirmación basta rememorar algunos episodios históricos, por ejemplo la Gran Peste EspaƱola, registrada en 1918 y la cual podrĆa haber infectado a unos mil millones de personas (el 15% de la actual población mundial). Se calcula que este virus ocasionó entre 20 y 100 millones de decesos.
Impacto de un asteroide
Mucho se ha hablado del peligro que la Tierra sea impactada, con consecuencias fatales, por un asteroide (escenario, por cierto, dramatizado en mĆŗltiples novelas y pelĆculas hollywoodenses). De acuerdo con cĆ”lculos y predicciones de los astrónomos existen pocas probabilidades de que esto suceda, al menos en los próximos siglos. Sin embargo, tambiĆ©n han reconocidos que ciertos comportamientos rompen con los patrones de trayectorias preestablecidos. Por ejemplo, en 2013, un asteroide penetró, sin privo aviso, la atmósfera terrestre. El Ć”ngulo en el que viajaba, asĆ como su tamaƱo considerablemente pequeƱo, evitaron que, a pesar de arribar a una velocidad de 60,000 km/h, ocasionarĆ” mayores daƱos tras aterrizar en Rusia.
Guerra nuclear / biológica / quĆmica
Aunque resulte increĆble que a estas alturas de la trayectoria supuestamente evolutiva del ser humano aĆŗn estemos amenazados por conflictos bĆ©licos que pudiese, virtualmente, terminar con nuestra especie, lo cierto es que es algo plausible. Con la sofisticación tecnológica del armamento, asĆ como la diversificación del mismo (abarcando campos como el clima, la bioquĆmica y otros), aunado a perturbadas agendas geopolĆticas, financieras, dogmĆ”ticas, etc, nos impiden descartar que un eventual cataclismo pudiese ser cortesĆa de una guerra.
Extinción de las abejas
Durante la Ćŗltima dĆ©cada se han denunciado indicadores alarmante alrededor de la desaparición masiva de colonias de abejas. MĆ”s allĆ” de lo lastimoso que esto puede parecer, el mayor problema es que las abejas son una pieza fundamental dentro de la biodiversidad planetaria ārecordemos que son las responsables de una buena parte de la polinización que permite a la flora propagarse. Hace apenas tres meses se declaró āoficialmenteā a la abeja en peligro de extinción, luego de que se confirmar que cuatro especies de abejorros se han extinto en Europa, y la tendencia seƱala situaciones similares en Norte AmĆ©rica y China.
Casi una tercera parte de la producción global agrĆcola depende de la polinización animal (protagonizada por las abejas de miel). Causas que incluyen misteriosas plagas aparentemente causadas por parĆ”sitos, el uso de pesticidas que indirectamente afectan de manera fatal a las colonias de abejas, o una sinergia de causas destructivas, estĆ”n provocando una acelerada desaparición de la población de abejas en el mundo.
Todo parece indicar que si terminĆ”ramos con las abejas, serĆa cuestión de tiempo, y poco, para que el planeta, o al menos la humanidad, colapsara.
Cambio climƔtico
Este es uno de los temas mĆ”s polĆ©micos entre los medios y la comunidad cientĆfica. A pesar de que existen diversas opiniones al respecto, lo cierto es que existen numerosas pruebas de que algo estĆ” ocurriendo dentro de los ritmos climatológicos de nuestro planeta. Uno de los aspectos mĆ”s preocupantes dentro de este gran fenómeno es el calentamiento global (mĆ”s allĆ” de las posturas, los aƱos mĆ”s calurosos de los que se tiene registro en la historia del planeta se han registrado durante la Ćŗltima dĆ©cada).
Aparentemente este cambio climĆ”tico es provocado, o al menos acelerado notablemente, por la actividad humana. La cantidad de carbono emitida, complementada con otra serie de prĆ”cticas en las que hemos masivamente incurrido, parecen ser factores determinante en el origen de este proceso. Incluso, mĆ”s de un especialista advierte que, lamentablemente, hemos ya pasado el āpunto de no retornoā, es decir, podrĆa ser ya demasiado tarde para revertir este proceso que terminarĆ” por alterar todos los ecosistemas existentes y, en el Ćnter, sepultar bajo el agua a una buena parte de las ciudades costeras.
Todo parece indicar que, al menos en cuanto a probabilidades, el cambio climƔtico es la principal amenaza que hoy enfrenta la raza humana.