Lo que era ciencia ficción es ya una realidad gracias a Emotiv, una revolucionario invento que permite, mediante una diadema con electrodos, explorar los límites del cerebro humano.
El dispositivo no es muy diferente a los que se utilizan en medicina para realizar encefalogramas. Emotiv monitoriza el cerebro escaneándolo en búsqueda de impulsos eléctricos entre neuronas. Esos impulsos son leídos por los sensores y transformados en una pantalla de ordenador en emociones, intereses, pensamientos… Cuesta trabajo hacerse al aparato, pero también se puede entrenar habilidades Jedi para mover objetos con el poder de la mente: en este caso, inofensivos helicópteros de juguete.
Las aplicaciones del dispositivo son variadas y pueden marcar hitos en la vida de personas con movilidad reducida. Por ejemplo, dirigir una silla de ruedas, convertirse en un experto DJ o jugar a videojuegos sin tocar una sola tecla.
El dispositivo no es muy diferente a los que se utilizan en medicina para realizar encefalogramas. Emotiv monitoriza el cerebro escaneándolo en búsqueda de impulsos eléctricos entre neuronas. Esos impulsos son leídos por los sensores y transformados en una pantalla de ordenador en emociones, intereses, pensamientos… Cuesta trabajo hacerse al aparato, pero también se puede entrenar habilidades Jedi para mover objetos con el poder de la mente: en este caso, inofensivos helicópteros de juguete.
Las aplicaciones del dispositivo son variadas y pueden marcar hitos en la vida de personas con movilidad reducida. Por ejemplo, dirigir una silla de ruedas, convertirse en un experto DJ o jugar a videojuegos sin tocar una sola tecla.
Otra aplicación que se está probando en Australia por un club de conductores es la de prevenir accidentes de tráfico. El dispositivo reduce la velocidad del coche cuando detecta que el conductor se despista y no piensa en la carretera. Algo parecido a lo que investiga la Freie Universität Berlin: conducir el coche sin tocar el volante.
Pero sus aplicaciones también se adentran en la investigación de mercados. Emotiv puede decir si realmente te gusta algo en una tienda, detectando la reacción de tu cerebro al ver un producto determinado. Una herramienta muy intersante para aplicar en grupos de discusión antes de sacar un producto al mercado. No haría falta ni introducir preguntas o encuestas en la investigación; bastaría con mostrar distintos objetos a los potenciales compradores.
Algunas pegas: Troyanos en el cerebro
Pero no todo es de color de rosas. Esta tecnología, mal empleada, puede conllevar varios riesgos. Uno es el uso de ‘spyware’ cerebral: la capacidad de recopilar información y crear bancos de datos con los pensamientos de los usuarios limitando el libre albedrío. Una señal cerebral ‘hackeada’ podría revelar el número de la tarjeta de crédito del usuario o si se sufre una enfermedad o se es propenso a alguna adicción, de acuerdo con una investigación publicada en 2013.
Obviamente, este tipo de tecnologías se encuentra en una fase de desarrollo, pero, por lo visto hasta ahora, su potencial es impresionantes: ayudar a cuadripléjicos a interactuar con un ordenador, capacidad para detectar enfermedades mentales e incluso para evitar accidentes, que no es poca cosa.