Tal como era de esperar, Prior, que acostumbra a llevar una vida sana y una dieta saludable, aumentó más de 10 kilos de peso durante los 30 días que duró su experimento, además de sufrir un aumento de su presión arterial hasta alcanzar 145/96, un síntoma del empeoramiento de su salud. El hombre también sintió una fuerte necesidad de consumir más azúcar, pese a que estaba consumiendo 350 gramos de azúcar todos los días gracias a la ingesta de la bebida gaseosa.
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