Este ridiculo error tuvo lugar en un partido de futbol en Eslovenia entre los equipos Krka y Olimija y que le costo la derrota al segundo por 2-1. El defensa del Olimpija, Matic Fink le devuelve la pelota a su portero Aleksander Seliga para que la golpee, pero este falla estrepitosamente encajando un gol en propia puerta. Menudo ridiculo que tuvo que sufrir el pobre.
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