
Pasó días con una cámara persiguiendo a su gato y perro. Al principio no entendía por qué el cachorro no quería jugar con el gato, hasta que gracias a su ingenio, obtuvo un final feliz: una hermosa amistad entre sus mascotas. Lo más interesante de esta historia es que aprovechó la filmación para hacer un corto que llamó “Ricky”, que además ganó El Festival de Cine de Gatos el año pasado.