
El edificio Epicenter de Estocolmo, que alberga empresas de tecnología de nueva creación, utiliza la tecnología de los microchips implantados para que el personal pueda abrir puertas, interactuar con los smartphones o operar con los equipos informáticos. El chip también será eventualmente utilizado para pagar la comida en la cantina y reemplazar las contraseñas de los ordenadores de acceso.