La seda de araña puede trabajarse a temperatura ambiente, lo que la hace mil veces más eficiente que los plásticos, solo moldeables con calor o frío. Esa flexibilidad, unida a su resistencia, ha lanzado a los laboratorios del mundo en busca de sustitutos sintéticos más baratos. El primero del mercado, Spiber, se ha creado clonando una secuencia de genes de las arañas e insertándolos en bacterias, que se encargan de fabricarla. La startup japonesa está preparando la producción en masa para futuros chalecos antibalas, hilos de sutura y andamiajes biológicos para regenerar tejidos.
La atmósfera, más limpia
Coge un gel, extráele el líquido y sustitúyelo por gas. El resultado será un material rígido, ultraligero, con gran cantidad de aire y superficie en un pequeño grosor, y poco peso. ¿Para qué? Para aislar mejor edificios y ropa deportiva; y, si los haces de metal, para fabricar catalizadores más baratos y depósitos de hidrógeno para coches. También para absorber CO2 de la atmósfera.
Imprime tus zapatillas
La impresión 3D está imponiendo su reinado. E Ignacio García ha contribuido a ello al inventar el primer filamento flexible para alimentarla. Filaflex se alarga un 700% antes de romperse, se puede combinar con otros materiales y te permite fabricarte en casa estas zapatillas y otros objetos cuyos modelos puedes encontrar en la página de Recreus.
Solo hay que añadir agua
Este elefante de madera se imprime plano y se hincha al mojarlo. Pertenece a la investigación de materiales robóticos que dirige Skylar Tibbit en el Laboratorio de Autoensamblaje del MIT. Su idea: mezclar sustancias que reaccionen de maneras distintas a la energía para obtener muebles que se monten al regarlos y zapatos que se aten solos.
Para recordar claro y en 5D
Lo mejor es guardar los datos en cristal. En la Universidad de Southampton han creado discos de cuarzo en 3D a los que añaden la polarización y la intensidad del láser con que los graban. Jugando con ellas, pueden llegar a almacenar terabytes en el tamaño de una uña. Además, resiste a temperaturas de hasta 1.000ºC, y los datos permanecen estables más de 10.000 años. Vamos, siempre.
Échale gamba a la araña
Y tendrás Shrilk, una mezcla de la quitina que cubre al crustáceo y una proteína de la seda de artrópodo. En el Instituto Wyss de Harvard han conseguido este polímero, más fuerte que las aleaciones de aluminio, pero muy flexible, maleable, degradable por microbios y útil como suelo para cultivo.
Sin ladrillos
El sueño de construir edificios altos de madera para reducir la huella de carbono chocaba con la falta de fuerza de los troncos. Pero a base de contralaminarla y buscar nuevas formas de adherir los paneles, ya se ha construido el Forté del puerto Victoria de Melbourne, con diez pisos, que se verá superado por los 15 del Treet de Bergen (Noruega) de la imagen.
Ordenador de papel
Una impresora con nanopartículas de plata en su tinta. Es todo lo que hace falta para crear circuitos electrónicos sobre papel. De momento, Steve Hodges (Microsoft Research) y Yoshihiro Kawahara (Universidad de Tokio) han fabricado el Sensesprout, este sensor de humedad para plantas que transmite los datos por WiFi. Ahora buscan ordenadores de papel que sigan funcionando tras hacerlos pedazos.
La revolución del calor
La mayor parte del calor que genera la energía de nuestros aparatos eléctricos se pierde. Con idea de aprovecharla para alimentarlos, se investigan unos compuestos de minerales raros conocidos como escuteruditas. En General Motors ya están desarrollando una camioneta que alimentará componentes como la radio y los faros con el calor del tubo de escape. A la larga, se podría incluso usar para motores híbridos.
Se arregla solo
Como Terminator. El orificio en plástico de la imagen se cerró en 20 minutos. Para hacerlo, Scott White, de la Universidad de Illinois, aplicó unas microcápsulas que estallan con la ruptura y liberan un gel para cerrar la grieta, y un polímero para endurecer el parche. En IBM trabajan con moléculas que vuelven a unir sus enlaces rotos al aplicarles calor. El objetivo: coches sin rasguños.