Los trabajadores chinos están sujetos a castigos públicos cuando no llegan a las metas propuestas por sus empresas. Los hombres y mujeres que no alcancen sus metas de trabajo específicas son obligados a arrodillarse en la calle y entonar canciones que hablan de sus fracasos. Cada uno tiene delante de sí una hoja donde se detallan sus nombres, edades y se explica cual fue su "delito". ¡Hagan eso aquí y van a ver el sindicalazo que se les arma!





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