Kristoffer Örstadius reside en la ciudad sueca de Kristianstad. Su padre, biólogo especializado en micología, se encontraba días atrás recorriendo unos campos cercanos a la localidad cuando halló una cámara Gopro, aparato que entregó a su hijo.

El muchacho comprobó que la tarjeta de memoria estaba intacta, y contenía un video grabado tres años antes, que mostraba a unos paracaidistas saltando al vacío. En las imágenes se aprecia el momento en que la cámara se suelta del casco de su portador y cae girando, hasta que se estrella contra el suelo, e incluso luego del impacto continúa grabando.

El pasado tres de abril, Kristoffer publicó el video en Youtube, invitando al propietario de la cámara a darse a conocer y recuperar la grabación. La respuesta llegó al día siguiente, y el dueño resultó ser un joven residente en Everod, no lejos del lugar del aterrizaje del aparato.

La grabación ya regresó a su propietario, y mientras tanto el video lleva más de un millón y medio de visitas.

Mira tras el salto, el video en que se observa la hipnótica caída de la cámara que demora un buen tipo antes de aterrizar, girando vertiginosamente:








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