Si en la última cena familiar tu cuñado quiso mostrar sus dotes de inspector Colombo explicando cómo se resuelven los casos criminales más complicados, mándalo a tomar viento fresco: ha aprendido a golpe de televisión, pero las series que nos han mostrado los trucos más ingeniosos de los forenses, como la franquicia CSI o la sanguinaria Dexter, poco tienen que ver con la realidad.

Prueba
Mentira Nº1: Los bastoncillos de algodón se guardan en cajas o bolsas de plástico

Cuando veas a los agentes de la científica hacer esto, cabréate y pide la presencia del mismísimo ministro del Interior. Lo ideal, según afirma la policía científica, es hacerlo en cajas de cartón, para evitar que la muestra se pudra.

Escena del crimen
Mentira Nº2: Podemos llevarnos grandes elementos de la escena del crimen

Hombre, pues no. De vez en cuando verás que en CSI se llevan una puerta o algo por el estilo para seguir investigando en el laboratorio, pero en realidad hay que hacerlo en el lugar de los hechos. Que esto no son las toallas de un hotel.

Inspecciones
Mentira Nº3: Las inspecciones de un lugar duran poco tiempo

¿Poco tiempo? Podemos estar recogiendo las pruebas de un homicidio entre ocho y diez horas, rastreando todos los rincones de la escena del crimen. Que no te lleve a engaño ningún episodio, que puede que llegue la hora de cenar y todavía estemos en el lugar de autos.

Cabello
Mentira Nº4: Por un cabello podemos distinguir al autor del crimen

No es tan fácil como pueda parecer. En primer lugar, porque dos personas lo pueden tener muy parecido. En el pasado se descubrió que hasta el FBI ha cometido numerosos fallos en el reconocimiento de identidades. Como para fiarse.

Linterna
Mentira Nº5: La sangre se ve al pasar una linterna especial por encima

En realidad, esto es como el ‘brilli brilli’ de las discotecas: hay que echar antes unos agentes químicos especiales con los que todo resplandecerá. Nada aparece como por arte de birlibirloque.

Mandíbula
Mentira Nº6: El análisis de mandíbula es determinante

Pues no, y ha condenado falsamente a varias personas de hecho (tuvo que salir al rescate una prueba de ADN). Parece que los dientes pueden dejar distintos tipos de marcas, así que habría que analizarlas con mucho cuidado. Incluso hay quien defiende que se eliminen como pruebas en los juicios.

Manchas de sangre
Mentira Nº 7: Las manchas de sangre son determinantes

Cuando el forense Dexter llega a la escena del crimen se pone a fotografiar sangre como si no hubiera un mañana y a llegar a rápidas conclusiones. Sin embargo, hay un gran número de variables en una simple mancha de sangre: cómo ha llegado hasta allí, cómo se ha hecho… Por ello, una mancha de sangre puede suponer más de un dolor de cabeza y dejar muchas incertidumbres.

neumatico-1
Mentira Nº8: Los neumáticos y las pisadas son únicos

Al producirse en masa, es realmente difícil determinarlo. Además, hay que tener en cuenta el desgaste de las suelas o de la cubierta y miles de detalles (pequeñas raspaduras, agujeros…) que hacen muy difícil calificarlos como “únicos”.

Análisis de ADN
Mentira Nº9: Tu comparación de ADN, en segundos

Estamos de acuerdo en que la ficción obliga a acortar los procesos, pero no te creas que un análisis de ADN se hace en un suspiro porque pueden tardar mucho más. Por ejemplo, la Guardia Civil suele tirarse un mes para mandar los resultados. Bien visto, para crear tensión en una serie podrían intentar ser más realistas…

Huellas
Mentira Nº10: Las huellas dactilares son infalibles porque no hay dos iguales

El problema es que las marcas que encontramos en las escenas del crimen a veces son parciales y no muy buenas. Y con la tontería de que “no hay dos iguales”, la hemos liado parda. Por ejemplo, Brandon Mayfield fue detenido porque, al parecer, habían encontrado su huella dactilar en una de las mochilas que no estallaron en el atentado del 11-M. Luego se supo que fue un error.




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