A finales del siglo XIX, John Pemberton decidió mezclar la hoja de la planta de coca, la nuez de cola y el agua de soda de una forma singular, creando sin saberlo el líquido de color pardo que ha recorrido (casi) todos los rincones del planeta.
En la actualidad, solo dos países del mundo no disponen de la bebida surgida de la mente de aquel farmacéutico: en Corea del Norte y en Cuba no hay Coca-Cola, al menos oficialmente. Pese a ello, los ciudadanos de la isla del Caribe fueron de los primeros en degustar el preciado líquido. A principios del siglo XX, unas 400 plantas embotellaban Coca-Cola en Estados Unidos, Panamá, Canadá y en Cuba, donde la primera planta abrió ya en 1906.
Todo cambió en 1959. Con el triunfo de la revolución cubana, comenzaron las expropiaciones de empresas estadounidenses, que ahora reclaman 7.000 millones de dólares (más de 6.000 millones de euros) al Gobierno cubano. En el caso Coca-Cola, la demanda incluye plantas de embotellamiento y jarabe, refrigeradoras, máquinas expendedoras y contenedores.
Los cubanos expropiaron la fábrica, pero los estadounidenses se marcharon con el bien más preciado: la receta. Así que el Che Guevara, líder de la revolución y por entonces ministro de Industria de Cuba, se propuso que los trabajadores de la fábrica la recrearan. La argentina Lucía Álvarez de Toledo, autora de ‘La historia del Che Guevara’, una biografía del líder revolucionario en la que estuvo trabajando más de quince años, relata esta anécdota:
“Había que lograr que el país siguiera funcionando y todas estas fábricas, cuando se fueron los que se fueron, tenían que seguir funcionando”, explica Álvarez de Toledo. “Él [el Che] dijo: reabran la fábrica de la Coca-Cola y hagan Coca-Cola. Claro fabricaban una cosa y se la traían, y él decía que era asquerosa y que eso no era Coca-Cola, y que siguieran intentándolo”, relata entre risas esta traductora e intérprete, que lleva 40 años afincada en Londres pero vivió su niñez en el mismo barrio porteño que el guerrillero.
Los cubanos acabaron por darse cuenta de que jamás conseguirían replicar la receta y se conformaron con fabricar tuKola, una bebida que en su propia página web expresa sus propósitos: ser una “alternativa a la Coca-Cola” con una esencia “antimperialista y revolucionaria“.
“Si bien era importante que la fábrica de Coca-Cola abriera para que los obreros tuvieran trabajo, los cubanos no están desesperados por la Coca-Cola y esa es otra cosa que la gente no entiende. Se creen que están desesperados por lo que no tienen“, critica Álvarez de Toledo.
Nacida solo diez años más tarde que el líder revolucionario (conserva una entrada de un partido de rugby al que acudió para ver al Che, Ernesto Guevara por entonces, cuando aún era una niña), Álvarez de Toledo alaba cómo el guerrillero explicaba a todos los trabajadores de las fábricas expropiadas la importancia de la revolución y del socialismo.
“Los trabajadores, cuando hicieron las primeras bicicletas las querían para ellos, querían agarrarse la primera bicicleta y él fue a la fábrica y dijo ‘no’, esto no es un pensamiento revolucionario”, detalla esta autora. “Yo creo que generó una mentalidad para que empezaran a comprender, como era en su propio interés que no te tocara la primera bicicleta”.
Más de cincuenta años después de aquel intento cubano por recrear la Coca-Cola, el reciente reinicio de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana podría suponer el regreso al país de la compañía estadounidense.
“El hecho de que hayan comenzado un deshielo quiere decir que en un futuro no muy lejano las cosas cambien y nos podamos replantear nuestra presencia en la isla”, ha explicado Rafael Fernández Quirós, vicepresidente de Asuntos Públicos y Comunicación para América Latina de Coca-Cola. Álex Castro, uno de los hijos de Fidel, también ha declarado que McDonald’s o Coca-Cola son bienvenidas en Cuba.
“Las corporaciones americanas están desesperadas por ir a Cuba. Es un mercado que se han perdido durante 50 años y les da mucha envidia”, opina Álvarez de Toledo. “La Coca-Cola se va a poner de rodillas ante Raúl y eso es lo divertido, que estos cubanos siguen teniendo a los mismos en el poder“. Al fin y al cabo, el actual presidente cubano vivió la expropiación y podría vivir también el regreso de la multinacional. Las plantas embotelladoras del preciado líquido podrían instalarse próximamente en la isla, por segunda vez.
Eso sí, siempre quedará la duda de qué hubiera pensado el Che Guevara si hubiera vuelto a degustar la bebida de la felicidad, un icono del capitalismo ‘yanqui’, en Cuba. Para Álvarez de Toledo, lo importante es que el Che, con el paso del tiempo, se haya convertido en el “alma del continente”. “El Che ha regresado y está en todas partes, ahora es entre un ‘rock star’ y un santo”, concluye esta traductora, que ha dedicado su vida al estudio de aquel médico argentino que quería cambiar el mundo… pero copiando la Coca-Cola.
Más de cincuenta años después de aquel intento cubano por recrear la Coca-Cola, el reciente reinicio de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana podría suponer el regreso al país de la compañía estadounidense.
“El hecho de que hayan comenzado un deshielo quiere decir que en un futuro no muy lejano las cosas cambien y nos podamos replantear nuestra presencia en la isla”, ha explicado Rafael Fernández Quirós, vicepresidente de Asuntos Públicos y Comunicación para América Latina de Coca-Cola. Álex Castro, uno de los hijos de Fidel, también ha declarado que McDonald’s o Coca-Cola son bienvenidas en Cuba.
“Las corporaciones americanas están desesperadas por ir a Cuba. Es un mercado que se han perdido durante 50 años y les da mucha envidia”, opina Álvarez de Toledo. “La Coca-Cola se va a poner de rodillas ante Raúl y eso es lo divertido, que estos cubanos siguen teniendo a los mismos en el poder“. Al fin y al cabo, el actual presidente cubano vivió la expropiación y podría vivir también el regreso de la multinacional. Las plantas embotelladoras del preciado líquido podrían instalarse próximamente en la isla, por segunda vez.
Eso sí, siempre quedará la duda de qué hubiera pensado el Che Guevara si hubiera vuelto a degustar la bebida de la felicidad, un icono del capitalismo ‘yanqui’, en Cuba. Para Álvarez de Toledo, lo importante es que el Che, con el paso del tiempo, se haya convertido en el “alma del continente”. “El Che ha regresado y está en todas partes, ahora es entre un ‘rock star’ y un santo”, concluye esta traductora, que ha dedicado su vida al estudio de aquel médico argentino que quería cambiar el mundo… pero copiando la Coca-Cola.