
Hay muy pocas personas que consigan resistirse al suculento aroma del bacon recién hecho y su textura crujiente. Un alimento rico y económico con el poder de convertir el plato más insulso en un festival de sabor. Sin embargo, el problema de bacon o panceta es su elevado contenido en grasa, que además de engordar, impregna y ensucia toda la cocina mientras lo preparamos en la sartén.