
Las mudanzas son algo que no suelen gustar mucho a nadie. Siempre hay sentimientos encontrados, por un lado el de la ilusión por llegar a la casa nueva y estrenarla, por otro, el de abandonar un lugar que ha sido tu hogar durante mucho tiempo. Sea cual sea el más fuerte de los anteriores, existe un tercer sentimiento que les gana y es el del agobió que se siente al tener que empaquetar todo para transportarlo a nuestra nueva residencia.