Una convocatoria que ha llamado la atención de medio mundo y que culminará a finales de año, cuando representantes de toda la población (etnias, partidos políticos, etc.) votarán por sus favoritas. En 2016 habrá cuatro finalistas y se celebrarán dos referendos, uno para elegir a la ganadora y otro para ratificarla.
Este acto democrático se ha convertido en un arma de doble filo, y es que pedirle a la gente que mande lo que quiera no tiene por qué salir bien. De hecho, entre tanta bandera, hay algunas que son sencillamente horribles. Hoy te traemos diez de ellas, no sin antes advertirte que las imágenes pueden herir tu sensibilidad artística:
La importancia de las carreteras
Con algunas de las banderas la única explicación lógica es que detrás de ellas haya un trol de tomo y lomo. Es el caso de la presentada por Hannah Maxwell y que parece la obra de una artista con un curso avanzado de Paint. Según su descripción, la torre de control representa “la ingenuidad del kiwi [pájaro de Nueva Zelanda con cuyo nombre se conoce también a sus ciudadanos] y la creatividad”. Las montañas, por su parte, simbolizan sus paisajes. Pero atención, porque la sinuosa calzada es “el sistema de carreteras de Nueva Zelanda: ¡no puedes ir a ningún lugar sin pasar por unas pocas curvas!”.
Que vienen ¿cebras?
En este diseño de Dan Newman no hay siquiera descripción. Tantas tiras negras y blancas parecen una advertencia a los extranjeros sobre las curvas que tienen las carreteras de su país o un mero intento de ilusión óptica. Con las banderas tan coloridas y llamativas que tienen otros países, esta parece destinada a entierros y velatorios de cebras.
Una oveja como símbolo
Nueva Zelanda es el mayor productor del mundo de ovejas, pero ninguna cifra mundial justifica este diseño. ‘La gran nubeoveja blanca’, una creación de Hamish Duncanson, tiene una explicación difícil de aceptar: “La gran nube blanca representa la identidad de nuestro país, lo que hace a Nueva Zelanda especial. Las patas de la oveja simboliza nuestra búsqueda sin fin para crecer como nación”. Si deciden cambiar el himno nacional, ¿el nuevo tendrá balidos?
De Wellington al cielo
La siguiente puede escandalizar a los más puristas neozelandeses y a los gurús del diseño. Logan Wu se pregunta por qué no dejar que los kiwis vuelen y los pone a planear encima de un arco iris (afortunadamente, uno bien pintado; no todos son así) en el que pacen unas ovejas. Mención especial para las montañas, que parecen salidas del país feliz de la calle de la piruleta. Eso no se puede izar en ninguna competición internacional. Vergüenza ajena.
Homenaje a la raya
Si se acuerdan de las ovejas y de los kiwis, ¿por qué no de las rayas? Alguien pensó que estos animales en los que nadie repara habitualmente son todo un símbolo del país y merece estar en el centro bandera, aunque el dibujo parezca una fotocopia con mala resolución y pintada con ceras de colores. Da incluso bastante miedo.
La Palma de Oro de Cannes con animales enfadados
Las ovejas y los kiwis resultan adorables, y la obsesión por ellos en el país oceánico es digna de mención. Bren Willis ha logrado darle una vuelta de tuerca a la presencia de estos bichos en la futura bandera, enfrentándolos como si fueran enemigos. Y, además, pintados de una manera muy infantil. Por si fuera poco, en la parte inferior hay pintada una palma o una hoja de helecho que se parece demasiado al símbolo y premio máximo del Festival de Cine de Cannes. ¿Homenaje a Jane Campion, la directora neozelandesa que se llevó ese galardón con ‘El piano’?
Homenaje al código Morse
¿Ya no nos acordamos de este sistema de comunicación? Tranquilos, que Simon Whetu pensó que su país se merecía una bandera con la ene y la zeta, las iniciales de su nombre, escritas en su insignia con este código. El problema será cuando haya que explicar a los ‘millennials’ lo que significan esos puntos y esas rayas.
Indirecta a los británicos
¿Que no queremos que en la bandera neozelandesa aparezca la británica? Bueno, también podemos mantenerla como una amenaza indirecta al país de los Windsor. Es lo que uno piensa cuando ve este feísimo y supuestamente amenazante kiwi albino. Graham McCarty es el padre de esta aberración que causa vergüenza ajena y que no necesita mucha explicación. La reina Isabel II temblaría ante la ferocidad de la insignia neozalendesa.
Carne de ‘meme’
Si Nueva Zelanda quería adaptarse a los nuevos tiempos, tenía que llevar algo internetero en su bandera, y no nos referimos a poner unos pájaros de Twitter en lugar de kiwis. David Astil pensó también que el pájaro debía estar, pero se pasó y terminó creando un señor ‘meme': creó un bicho horrendo y a tamaño casi real, con un rostro que parece sacado de los miles de ‘memes’ que pululan por internet. No creemos que sea la elegida, pero si lo es, habrá personas que miren para otro lado y digan que son de Australia.
¿De qué color tienen los ojos las nubes?
Andrew Brockie nos presenta a ‘Barry’, una bandera con una montaña y unas intrigantes nubes con lo que parecen ser unos ojos verdes. No se entiende nada de tan extravagante diseño, desde la fina línea que une a ambas nubes hasta el hecho de que que estén contrapuestas. ¿Dónde está el kiwi o la oveja de turno?