Rompiendo con toda esa mítica imagen de "carroñero" de la naturaleza, que por años acompaña al cuervo, un grupo científicos de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, quiso deslindar todos los secretos ocultos al estudiar su comportamiento, enfrentándolo a difíciles pruebas.

Para ello, los investigadores capturaron a siete cuervos salvajes de Nueva Caledonia, a los cuales plantearon algunas tareas imposibles de completar con el propio cuerpo.

En una de las tantas pruebas, un animal tomó una pequeña vara con su pico. Al frente, una pequeña canasta con comida, pero introducida dentro de un recipiente transparente que no permitía alcanzarla.

Luego de varios intentos, el ave decide sujetar la vara y doblar uno de sus extremos para convertirla en una especie de "gancho", el que finalmente le permitió adueñarse de la canasta y, por lo tanto, de la comida.

Para los científicos, "lo sorprendente del experimento no es que los pájaros utilizaran herramientas", porque eso puede responder a un simple proceso de aprendizaje. Lo que ha dejado sin habla a los expertos ha sido la capacidad de estas aves para resolver problemas.

Es más, muchos no dan crédito al comportamiento de estas aves que tratan de engañar a sus compañeros fingiendo que entierran su comida cuando se sienten observados.

Se sometió a los cuervos a distintas pruebas. En la primera veían a un humano esconderse detrás de una lona, tras lo que aparecía un palo y golpeaba un ladrillo con comida. Después el humano salía de atrás de la lona y abandonaba la jaula. Entonces dejaban al pájaro —que había presenciado toda la escena— ir a por la comida. El ave, capaz de deducir que el palo lo había agitado el humano —el «agente causal oculto»—, buscaba la comida sin preocuparse de que nada le pudiese golpear.

En otro experimento, sin embargo, el cuervo observaba que el palo salía de la lona y golpeaba el ladrillo de comida sin que hubiese entrado nadie a la lona. Cuando se le permitía ir a por el alimento, el pájaro se preocupaba constantemente de tener a la vista el agujero desde el que podían pegarle.

Según los investigadores, estos resultados apoyan la hipótesis de que los cuervos de Nueva Caledonia pueden deducir las causas de un evento aunque no las puedan observar directamente. Un rasgo de inteligencia que hasta ahora se pensaba que sólo se daba en humanos.

Esta especie, nativa del Pacífico Sur, es conocida por otras «proezas» intelectuales. Su uso de herramientas es de los más complejos de todas las especies animales con excepción del ser humano. Hace unos años se grabó a un cuervo de Nueva Caledonia que buscaba la manera de abrir nueces con comodidad. Primero probó lanzándolas desde muy alto contra suelo duro. Como este método no funcionaba muy bien, decidió lanzarlas cerca de coches en marcha para que estos las rompiesen con las ruedas. Su última idea fue acercarse a un paso de peatones, aguardar al semáforo en rojo, poner la nuez junto a la rueda de un coche y esperar a que éste pasase.

Algunas de las conclusiones más sorprendentes del experimento fueron:
  • · Los cuervos son las únicas aves que fabrican y utilizan herramientas en su entorno salvaje.
  • · Solucionan problemas encadenados sin haberse expuesto nunca a ellos.
  • · La hazaña de estos cuervos rivaliza con la habilidad de los primates.
  • · Tienen además una memoria prodigiosa, algunas familias, como las urracas, son incluso capaces de reconocerse a sí mismas ante un espejo.




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