La pregunta que da título a este artículo es una de las más antiguas de las tantas que se han hecho los científicos a lo largo de la historia de las ciencias naturales. Es por ello que numerosas hipótesis y teorías se han formulado al respecto, aunque en realidad, hasta el día de hoy nadie sabe a ciencia cierta ni cómo ocurrió ni en qué momento de la evolución de la vida en nuestro planeta ya podíamos hablar de seres masculinos y femeninos.
Sin embargo, una reciente y muy interesante investigación comienza a dar luz al respecto y, aunque no da la respuesta definitiva al misterio, sus resultados han asombrado a muchos y nos pone quizás mucho más cerca de dar con ella.
Cambio de sexo de un alga
Definiendo masculino como el organismo capaz de producir esperma y femenino el productor de óvulos, lo que realizaron recientemente unos investigadores dirigidos por James Umen, de la Universidad de Washington en San Luis, Estados Unidos, pues considerarse un verdadero cambio de sexo nada más y nada menos que a una especie de alga.
La especie se nombra Volvox carteri y es un alga colonial que posee alrededor de 2000 células contenidas en una estructura esférica. Este contiene un tipo de gen llamado MID que también existe en otras algas unicelulares llamadas Chlamydomonas reinhardtii que, aunque no tienen sexo definido, en ellas se ha comprobado que el gen es responsable de producir individuos “negativos”, los cuales deben acoplarse con los “positivos”, carentes del gen, para poder aparearse.
Sabiendo esto, era probable que este gen fuera importante en la determinación del sexo en Volvox y, para probar esta hipótesis, los científicos insertaron una copia del gen en individuos femeninos, comprobando que al poco tiempo estos comenzaron a producir esperma, es decir, se volvieron masculinos, siendo capaces incluso de aparearse con otras colonias femeninas. En el caso de los machos, estos desarrollaron la capacidad de producir óvulos. ¡Un cambio de sexo en toda regla!
La evolución de los sexos
Que la presencia o la activación de un solo gen, en este caso el MID haya sido suficiente para realizar un cambio aparentemente tan complejo como cambiar el sexo de un individuo ha sorprendido a los científicos, ya que se creía que la división celular simple, el método por excelencia de reproducción en los organismos unicelulares, y su transición a la reproducción sexual, propia de la mayoría de los pluricelulares, había sido algo más complicado.
Estos resultados muestran que esto no pudo ser así, y que un único gen pudo evolucionar y desarrollar la capacidad de dividir los sexos hace millones de años, algo mucho más sencillo de lo que nadie se había planteado hasta el día de hoy, según confiesan los autores en la revista PLOS Biology.
