Hoy vamos a estudiar una zona que en el pasado ha sido objeto de mĂșltiples estudios relacionados con el tema ovni, la zona de Connecticut, en Estados Unidos, famosa desde que en 1985 se viese un extraordinario objeto volador no identificado sobre los condados de Fairfield, Hartford y Litchfield que fue descrito con una forma de semi-cĂ­rculo o boomerang con mĂșltiples luces de diferentes colores. El tema destacĂł entre los demĂĄs por las dimensiones del objeto: medĂ­a mĂĄs que el largo del estadio de Wembley en Inglaterra.


Tal y como fue descrito en el libro “Los avistamientos de Hudson Valley” (Ballantine Books 1987), todo comenzĂł el 26 de mayo de ese año en la transitada carretera interestatal nĂșmero 84 entre las 21:30 horas y las 22:15. Cerca de 200 personas de las proximidades a esa carretera llamaron a las autoridades locales y a la policĂ­a del estado exponiendo que veĂ­an un enorme objeto con luces muy brillantes volando a baja altura sobre la calzada de carretera 84. OcurrĂ­a a la altura de los pueblos de Newtown y Southsbury y la situaciĂłn parecĂ­a descontrolada. En solo 45 minutos, el pĂĄnico se habĂ­a desatado entre la gente. El miedo venĂ­a por lo bajo que volaba aquello.

La versión oficial dado el pånico y para ganar tiempo fue la de unas bengalas luminosas como parte de un ejercicio militar. Una aeronave negra que tiraba bengalas. Pocos testigos les creyeron a tenor de lo que estaban viendo con sus propios ojos. Una de las personas que mejor lo pudo ver fue la señora Betty Proulx de Middlebury quien dijo que aquello estaba sobrevolando su casa con total impunidad. Dos minutos estuvo sobre ella, sin emitir como en el caso del minigolf que estudiåbamos recientemente, ni un solo sonido. Betty observaba por la ventana un objeto sólido mientras llamaba a su marido tras avisar a la policía. El, que había trabajado en la marina de los Estados Unidos la aseguraba que no había visto algo así en toda su vida. Y allí estaba sobre su casa, flotando con total tranquilidad.

Otro testigo fue el señor Randy Etting, un piloto de aerolĂ­neas comerciales con mĂĄs de 30 años de experiencia que observĂł las luces desde su casa de Newtown, Conenecticut a las 21:45 horas. Aquello tenĂ­a al menos 8 luces de diferentes colores muy juntas. TambiĂ©n en un vuelo mudo, sin emitir sonidos, ni siquiera una mĂ­nima turbulencia. Nada. El señor Etting sabĂ­a de lo que estaba hablando y pudo observar aquella maravilla con sus prismĂĄticos de 35 aumentos lo que le permitiĂł apreciar un cambio en el Ă­ndice de refracciĂłn del aire alrededor del mismo. Aquello, fuera lo que fuera, estaba sin duda emitiendo muchĂ­simo calor, mucho mĂĄs que el de una sencilla bengala militar


Diez minutos despuĂ©s aquel objeto seguĂ­a pasando de forma totalmente surrealista por encima de varios coches de la carretera rumbo al noroeste. Un testigo llamado Charlie Tuperman era uno de los conductores y observĂł lo que parecĂ­a un 747 aterrizando en la carretera. ÂżQuĂ© mas podrĂ­a ser si no? QuizĂĄ un aeroplano en problemas, quizĂĄ un desafortunado accidente aĂ©reo
 pero no era eso. Aquella cosa tenĂ­a, segĂșn el testimonio posterior de Charlie diez luces verdes, amarillas, rojas, azules y blancas en un fuselaje semicircular y no se correspondĂ­a con las luces de taxi de un aviĂłn comercial o militar. Iba muy bajo, volaba lento, como buscando algo. Los coches en una escena tĂ­pica de pelĂ­cula, frenaban y se echaban a un lado de la carretera para verlo. Todos estaban asombrados.

De pronto, segĂșn el testigo, aquel objeto comenzĂł a brillar de forma notable durante diez segundos. La potencia de las mismas se incrementĂł al menos en 10 tonos antes de seguir su direcciĂłn hacia New Milford al oeste. Un momento Ășnico en la historia de la ufologĂ­a.

Sobre las diez de la noche, Robert Nellis y su amigo Jeff conducĂ­an por la ruta 7 de New Milford tras un largo dĂ­a de pesca en el rĂ­o Connecticut. El pequeño perro del asiento de atrĂĄs de Jeff iba con ellos y, de pronto, comenzĂł a gemir de forma inusitada. Mientras eso ocurrĂ­a, una serie de luces brillantes aparecieron entre unos ĂĄrboles de pino a unos 400 metros de distancia. La impresiĂłn fue tal que tambiĂ©n tuvieron que parar el coche entre extraños sonidos en la radio. Era gracioso, segĂșn ellos, ya que parecĂ­a que Ă©sta se habĂ­a vuelto loca y mezclaba voces y tonos. QuĂ© grande es, pensaban. Tan grande como un estadio de fĂștbol.

Estos dos testigos vieron bien la forma de aquello. Una masa negra, casi con forma de lĂĄgrima con una semicircunferencia con las mencionadas luces de colores. El cielo estaba cubierto por aquello y bloqueaba toda la luz. SegĂșn Nellis y Jeff, era imposible que aquello fuese tecnologĂ­a humana, sĂłlo por las dimensiones que tenĂ­a. ParecĂ­a fabricado en un material gris oscuro con cierta capacida reflectante y pasĂł por encima de ellos a menos de 150 metros de altura. Un campo de futbol volante de color negro dirigiĂ©ndose de nuevo de forma descontrolada hacia el norte dejando 10 minutos de la vida de aquellos testigos para el recuerdo
 o mĂĄs bien dejĂĄndoles con la mayor duda de su vida.

Los testigos al llegar a casa tras conducir no mĂĄs de dos minutos se dieron cuenta de que habĂ­a pasado media hora de mĂĄs. Desde el primer avistamiento hasta llegar a la casa habĂ­an pasado para ellos ni mĂĄs ni menos que 10 minutos y sin embargo, habĂ­an pasado 40 minutos.

¿Qué había sido de ellos en aquella media hora? Acaso aquel objeto volador no identificado les había secuestrado durante ese tiempo? ¿Sería el resultado de un desdoblamiento del tejido de la realidad por la energía utilizada en el vuelo de aquel coloso volador?

Neil pasĂł los siguientes dĂ­as con malestar y preocupaciĂłn por lo sucedido. No se lo explicaba. La investigaciĂłn del libro de la referencia de este caso expone adicionalmente para colmo que se produjeron mĂĄs episodios de tiempo perdido de varios conductores de la zona que pudieron haber visto el ovni en aquella misma fecha.

¿Nadie pudo fotografiarlo? ¿Nadie de esos 200 testigos tenía una cámara encima? Si eso hubiese pasado hoy, podemos asegurar que sin duda la cantidad de vídeos y fotografías de alta calidad podría ser bastante grande, pero era 1985 y pocos tenían cámaras en los coches
 excepto un testigo que estaba en el área de Southbury quien tomó una toma sobre la carretera I-84 sobre las 21:30 horas de la noche y que jamás quiso ser identificado por miedo a la mofa y a la befa, a la burla fácil. David (seudónimo) estaba en viaje oficial para su empresa cuando vio las luces a 45 grados sobre el horizonte. Su cámara era una 35 mm con una lente de 50 mm y una película Kodacolor ASA 400 con una exposición de 1/60 de segundo y realizó varias tomas que son historia del fenómeno ovni. Los cálculos realizados por diferentes expertos fotográficos expusieron una longitud global de más de 500 metros en base a las declaraciones de los testigos de un radio que abarcaba 40 kilómetros a la redonda y a los detalles que se veían en las fotos.

Un hecho Ășnico en la historia que tuvo en esas fotos uno de los mĂĄximos exponentes de lo que muchos piden en ufologĂ­a desde hace años: fotos claras
 al menos con la tecnologĂ­a de 1985


ÂżQuĂ© os ha parecido el caso? Sin duda, lo mĂĄs destacable serĂ­a ese episodio de tiempo perdido de los testigos del coche con el perrito. Alteraciones en este Ășltimo, interferencias en la radio
 y la sensaciĂłn de que aquel objeto habĂ­a aparecido en esa zona precisamente para realizar alguna actividad relacionada con ese missing time que apareciĂł en mĂĄs testigos de la zona.


ANUNCIO PATROCINADO



Con la tecnologĂ­a de Blogger.