
Nuestro cerebro es un máquina compleja que alberga aún muchos secretos sobre su funcionamiento. Apenas conocemos un atisbo de la inmensidad de su potencial, pero ya nos hemos encontrado con algunos fallos. Que el cerebro sea extremadamente complejo no significa que sea perfecto. Simplemente está optimizado para la función que tiene que cumplir y eso incluye reservar sus recursos para lo realmente importante.