Los investigadores de la Singularity University lo tienen muy claro: La comida artificial revolucionará la alimentación en tiempo récord. El mundo cambia a velocidad de vértigo y la alimentación puede (y debe) estar a la altura para buscar soluciones a los retos más difíciles de la humanidad. La Universidad de la Singularidad es una corporación pública del estado de California, creada por Google y la NASA, que pretende resolver los grandes desafíos globales de la humanidad: la energía, el medio ambiente, la salud global, la pobreza, la seguridad, el agua, el espacio y, por supuesto, la alimentación.
Comer jamón sin tener que matar a un cerdo o hincar el diente a una pechuga de pollo sin tener que matar a un pollo será un acto cotidiano de nuestras vidas. La comida cultivada o, como muchos la prefieren denominar, comida artificial permitirá abastecer la necesidad de comida de origen animal de millones de personas sin matar a un solo ser vivo.
Según José Luís Cordeiro, profesor fundador de la Singularity University, la comida artificial tendrá el mismo sabor aunque no proceda de un animal vivo. Además tendrá la posibilidad de añadir sabores extras. Por ejemplo, un muslo de pollo con sabor a mostaza o una loncha de jamón con sabor a tomate desde su creación.
La comida cultivada será mucho más barata que la actual porque no habrá costes de producción o de mantenimiento de los animales. Será más ecológica porque no dañará el medioambiente con emisiones contaminantes y, por último, será más humanitaria porque más gente desfavorecida tendrá acceso a alimentos que respetarán los derechos de los animales vivos. En pocas palabras, comer animales será algo primitivo e innecesario en poco más de 20 años.
El debate ético sobre los límites de la clonación está servido y, como era de esperar, la industria cárnica se ha posicionado en contra ejerciendo presión a todos los niveles para no perder su parte del pastel. En China ya se está construyendo la fábrica de clonación de animales más grande del mundo y pretenden clonar un millón de vacas al año para abastecer a la población. Comer carne sin matar animales ya es una realidad que puede resolver problemas antiguos y abrir nuevos interrogantes que implican a todos aquellos que no comían carne porque pertenecía a animales en libertad: ¿Es un paso adelante para el derecho de los animales o una aberración de la ciencia?