Con el fin de generar temor entre la población, el satanista Víctor Damián Rozo creó en localidad colombiana de Quindío, el primer templo de adoración a Lucifer en Colombia.

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Según la información recogida por Radio Caracol, el Coronel Ricardo Suárez, comandante policial en la zona, informó que si bien en el país se libera la libertad de culto, ese tipo de prácticas generan una amplia preocupación en la población.
Para Víctor Damián Rozo, quien se considera en internet como “brujo santero hechicero espiritista”, su adoración a Lucifer se debe a que “es nuestro ángel de luz que se rebeló ante el gran dictador, que para nosotros es Dios”.
En declaraciones para Blu Radio, el satanista mencionó que “hay que aclarar que nosotros no adoramos a satanás ni hacemos sacrificios, nosotros veneramos a Lucifer, que para nosotros es nuestro dios, y eso no tiene absolutamente nada que ver con el demonio, como pueden creer la mayoría”.
No obstante, en el pasado marzo del año 2014, Rozo admitía su pacto con el diablo y su relación tanto con Lucifer como con Satanás. “Accedí a entregar mi vida a Lucifer”, dijo entonces al diario mexicano Milenio, pues “quería disfrutar de la vida, viajar por el mundo”.
El fundador del templo satánico colombiano dijo en esa ocasión que “hago todo tipo de trabajos: desde traer de vuelta amores imposibles hasta pactos con el diablo. A Satanás le gustan los sacrificios. Con sangre de un ser vivo. De un animal como podría ser una oveja, un búfalo, una cabra o una gallina”.
“Eso nos pide Lucifer a sus seguidores: adoración, que lo sigan y que gane más almas para él. Que le hagan un altar en la casa, que lo invoquen, nos pide una adoración eterna”, dijo.
Monseñor Pablo Emilio Salas, Obispo de Armenia, a cuya jurisdicción corresponde Quindío, advirtió en un mensaje recogido por el diario Crónico del Quindío que “relacionarse con Satanás no puede traer consigo otra cosa que unirse a su acción destructora de la felicidad del hombre”.
“Cualquier forma de culto satánico es una opción por el diablo frente a la fe en Dios, algo que aparta radicalmente al ser humano de la comunión con quien lo ha creado y lo quiere salvar”, afirmó.
El Prelado alentó a los fieles a vivir “con autenticidad nuestra fe y rechacemos toda forma de pecado y seducciones engañosas del demonio”. “La vida cristiana es un combate, una lucha permanente contra el mal. Siempre estaremos combatiendo contra el enemigo, que pretende separarnos de Dios”, confirmó.

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