La picadura de mosquito o zancudo no se debe tomar a la ligera, ya que este insecto puede enfermarte seriamente; su nombre de "fiebre amarilla" proviene justo por que las personas que han sido infectadas por este mosquito experimentan un cambio de coloración en la piel e iris de los ojos.
El color normal de la piel se empieza poner en color amarillo. Cuando un mosquito pica a una persona o a un mono infectado, ese mosquito se convierte en portador de la fiebre amarilla. Además de la coloración amarilla, se experimentan síntomas similares a los de las gripes y resfriados como: fiebre, escalofríos, dolores de cabeza y dolores en los músculos y articulaciones. A estos podrían sumarse la pérdida de apetito y dolores en la espalda en los primeros 3-4 días (fase aguda).
Es importante señalar la única forma de contagio es que un mosquito infectado pique a una persona que no se haya vacunado contra esta enfermedad.
Según los expertos, solamente un 15% de los afectados pasan a la fase tóxica, en los que el paciente sufre dolores abdominales; disminución de la orina; sangrado por la nariz, boca y en algunos casos los ojos; vómito con posible presencia de sangre; delirios; ataques y problemas con el ritmo cardíaco.
Existen vacunas que previenen pero no remedios específicos que curen la fiebre amarilla. Es necesario tratar los síntomas para ayudar a fortalecer el sistema inmune. Entre los remedios caseros podemos recomendar los siguientes:
- Seguir una dieta balanceada. Debes consumir los nutrientes adecuados que permitan fortalecer el sistema inmune.
- Descansar suficiente tiempo. La energía del cuerpo debe destinarse casi por completo a contrarrestar la fiebre amarilla.
- Bebes muchos fluidos. Es necesario mantener el cuerpo hidratado para que los órganos funciones correctamente.
- Consumir pimienta de cayena. Esta especia es capaz de reducir la fiebre y potenciar el sistema inmune.
- Tomar semillas de fenogreco. Muchas personas juran sobre la efectiva de estas semillas para tratar la fiebre amarilla.
- Beber té de ajo. Las propiedades antivirales del ajo ayudan a controlar la fiebre amarilla y sus síntomas.