De la nada, cada semana aparecen decenas de visitantes chinos que invaden sus calles, especialmente la calle Benmead. "No entendemos nada, en Benmead ni si quiera están las casas más antiguas del pueblo" comentaba una vecina.
Bajan de los autobuses armados con cámaras y palos de selfie. Se fotografían en las calles, se asoman a los jardines y a las ventanas de las casas para fotografiar a los habitantes del pueblo desayunando. Incluso les llaman a la puerta para que salgan y poder hacerse fotos con ellos.
La teoría más popular es la que sugiere que los llevan allí diciéndoles que en esta calle fueron rodadas algunas escenas de Harry Potter. Concretamente, las de la casa de los Dursley. Pero la barrera lingüística no les permite a los habitantes de Kidlington descubrir que es lo que realmente está atrayendo a estos turistas a su sencillo pueblo.
Tony Bennell, un residente de la zona, comentaba "Estamos acostumbrados a ver turistas en los alrededores de la Universidad de Oxford o en lugares como Bourton-on-the-Water, pero no en Kidlington. Se emocionan mucho y les encanta tomarse fotos frente a los jardines y las casas".
Suponemos que no a todos los habitantes de la zona les harán demasiada gracia estas avalanchas en su tranquilo pueblo, pero algunos ya están aprovechando la tesitura para hacer el agosto y sajarles a los misteriosos turistas 10 pounds por un tea with milk.