La situación de los animales que viven en la calle es horrible pero pocas veces vemos casos tan difíciles como el de la protagonista de esta historia, a quien literalmente se le estaba pudriendo la piel.
Esta perrita fue rescatada de las calles de Río de Janeiro en Brasil por Wilson Martins Coutinho. Su aspecto dejaba ver que había sufrido mucho en la vida pues tenía poco pelo, inflamación en su mandíbula, un terrible caso de desnutrición, sarna y estaba cubierta de pulgas y garrapatas, en su piel había varias llagas y algo que parecía pus. Sin duda este era el peor caso que Wilson había visto y no sabía si la perrita sobreviviría al tratamiento, en el refugio le dio el nombre de Anja.
Al llegar a su refugio Wilson anestesió a Anja para poder tratar sus heridas, recibió un baño, alimento y mucho medicamento por la gravedad de su estado. Casi todo su frágil cuerpecito fue cubierto en vendas con medicamento. Ya que Wilson terminó de curarla Anja pudo descansar y al principio no sabía como reaccionar, nunca había tenido una cama.
Wilson seguía en shock por el estado en el que había encontrado a Anja y temía que no pasara la noche, nunca imaginó que lo peor estaba por llegar.
Al día siguiente retiraron el vendaje del cuerpo de Anja para ver la evolución de sus heridas y tanto el veterinario como su asistente quedaron horrorizados : en todos los espacios donde antes había llagas, hoy había cientos de gusanos.
Wilson y su asistente tardaron horas para remover los gusanos, colocaron más desinfectante y notaron que la inflamación en la mandíbula de Anja se había reducido notablemente, era como un rayo de esperanza.
De nueva cuenta Anja devoró toda su comida, durmió y poco a poco fue recuperando sus fuerzas.
Sus heridas sanaron en poco tiempo y las llagas desaparecieron, en pocas semanas su pelo había comenzado a crecer de nuevo y Wilson celebraba que Anja había sobrevivido. Por el momento él la conserva a su lado y espera que pronto aparezca alguien que pueda darle un verdadero hogar lleno de amor.
Fuente: Nolocreo