Chicas y chicos que son jovencísimos y normalísimos, y que no tienen reparos en usar las usar las redes sociales para mostrarse al natural, sin poses estudiadas, sin retoques, sin complejos. Y ahí es donde entra en juego Sean Ryan, con su mirada deformante y sus lápices digitales.
Ryan nunca se tomó el arte demasiado en serio en la escuela. Un examen fallido acabó con sus aspiraciones de convertirse en artista. Pero él ha seguido dibujando... a su manera.
Lo suyo son las ilustraciones "feas", los retratos rápidos de líneas simples. Efigies en blanco y negro que se mueven entre la representación precisa y la celebración del rasgo anómalo, entre lo cutre y lo caricaturesco.
Nuestro hombre comenzó dibujando a escritores, luego siguió con raperos, probó con futbolistas y acabó fijándose en las modelos a las que sigue en Instagram.
Así nació Badly Drawn Models. Modelos mal dibujadas. El nombre lo dice todo.
Badly Drawn Models encaja en esa división del arte de internet que podríamos definir con un "es tan malo que es bueno". Y es bueno no sólo por sus divertidas cualidades estéticas: lo es, también, porque contribuye a bajar a la modelo del pedestal dorado en el que aún se encuentra.
Ver a gente como Megan Fay poniendo caras feas en la red ayuda a combatir la influencia nociva del mundo de la moda en la conformación de los estándares de belleza. Badly Drawn Models, a su manera, también.