Un guardacostas griego no tuvo piedad y pinchó la balsa inflable en la que estaban unos 30 refugiados, en plena noche y en medio del mar. La dramática escena fue subida alas redes sociales y muestra cómo mientras la balsa se hunde entre los gritos deseperados de la gente, el barco de rescate griego los abandona y se va. Los refugiados, de los que no se conoce su procedencia ni nacionalidad, pidieron ayuda al guardacostas para abordar su embarcación.
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