Sarah DeRemer se inspiró en una noticia que tuvo amplia difusión días atrás, cuando un grupo de científicos que trabajaban en la Isla Marion, cerca de la Antártida, comprobaron que varios especímenes machos de león marino intentaban copular con los pingüinos con los que compartían hábitat.

La artista de Los Angeles, EEUU, imaginó como serían las crías resultantes de la cópula entre ambas especies. 

Sarah, que acostumbra a jugar con imágenes de animales y vegetales en sus obras, bautizó a estas imposibles criaturas como "Pengueals", o "Senguins", nombres que mezclan -en ingles- las palabras "pingüino" y "foca".

DeRemer describe sus diseños como como "la tierna prole de los infelices ataques sexuales de las focas".











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