Un estudio realizado durante cuatro años por investigadores españoles concluyó que la influencia de las ondas de telefonía sobre la salud es tan insignificante como la de una bombilla de 100 W situada a un kilómetro de distancia.

En el marco de la investigación se midieron la exposición de 75 personas a ondas en 14 bandas de frecuencia: FM, Tetra, TV, bandas de telefonía móvil, Wi-Fi, entre otras, informa el diario 'ABC'. "No hay ningún estudio que correlacione la radiofrecuencia con el cáncer", señalaron los autores del estudio.

Según la información disponible, el 90% de los registros de radiación media recibida por los voluntarios se encontraba entre 500 y 10.000 veces por debajo del límite legal. Los valores máximos tampoco superaron los límites legales en ningún momento, en ninguna banda.

"La radiación por radiofrecuencia puede compararse a un caracol en una autovía: nunca hará saltar ningún radar porque su velocidad es la diezmilésima parte de la máxima permitida", subrayaron los investigadores.

No obstante, un reciente estudio de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer sugiere que la exposición a Wi-Fi es más peligrosa para los niños de lo que se creía y es posible que debamos limitarla cuando sea posible. En el estudio se destaca que los niños absorben una mayor cantidad de radiación de microondas que los adultos. Y los fetos son aún más vulnerables que los niños, por lo que las mujeres embarazadas deben evitar la exposición a la radiación de microondas. 

Según los autores, los niños y los fetos absorben más radiación porque sus cuerpos son relativamente pequeños, sus cráneos son más delgados, y su tejido cerebral es más absorbente.




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