Un equipo de astrónomos ha descubierto el conjunto de anillos "ecos de luz" de rayos X más grande y brillante jamás observado.
Estos anillos extraordinarios, producidos por una intensa llamarada de una estrella de neutrones, proporcionan a los astrónomos una oportunidad única para determinar la distancia de la estrella a través de la Vía Láctea.
Es muy difícil conseguir mediciones de distancia precisas en la astronomía, y sólo tenemos un puñado de métodos. Pero, al igual que los murciélagos utilizan el sonar para ubicarse, nosotros podemos utilizar los rayos X de Circinus X-1 para averiguar exactamente dónde está", explican los astrónomos.
Los anillos aparecen como círculos alrededor de Circinus X-1, un sistema de doble estrella situado en el mismo plano que la Vía Láctea y que contiene una estrella de neutrones: un denso remanente de una estrella masiva pulverizado en una explosión de supernova.
La estrella de neutrones está en órbita con otra estrella masiva, y está envuelta por espesas nubes de gas y polvo interestelar. Circinus X-1 es también la fuente de un potente chorro de partículas de alta energía.
El sistema de estrellas Circinus X-1 se encuentra a unos 30.700 años luz de la Tierra.
"Es muy difícil conseguir mediciones de distancia precisas en la astronomía, y sólo tenemos un puñado de métodos. Pero, al igual que los murciélagos utilizan el sonar para ubicarse, nosotros podemos utilizar los rayos X de Circinus X-1 para averiguar exactamente dónde está", ha explicado el responsable del hallazgo Sebastián Heinz, de la Universidad de Wisconsin (EE.UU.).
Así, han podido saber que el 'eco de luz' muestra que Circinus X-1 se encuentra a unos 30.700 años luz de la Tierra.
Para ello han observado con el telescopio Chandra de la NASA el reflejo del estallido -que tuvo lugar en 2013- en las nubes de polvo. Este reflejo de los rayos X llega a la Tierra desde diferentes ángulos en un intervalo de tiempo de aproximadamente uno a tres meses, lo que crea los anillos observados.
Hispantv