Con todos ustedes Dale Carnegie, el inventor de los libros de autoayuda. Sin él puede que hoy Paulo Coelho, Eckhart Tolle o Jodorowski no tuvieran su propio anaquel en la librería.
Carnegie logró el hito de compilar la sabiduría de los filósofos clásicos, las obras más arduas de Freud, los estudios de psicología y los consejos de Perogrullo en un mejunje predigerido para alimentar el ansia de mejora y autosuperación del americano medio, epítome del humano medio.
Entre los años 20 y 50 del siglo pasado, Carnegie vendió más de 17 millones de copias de títulos tan sugerentes como“Cómo dejar de preocuparse y empezar a vivir“, “Cómo disfrutar de la vida y del trabajo” o su superéxito “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”, cuya edición en castellano aún puede encontrarse a precio de saldo en las librerías de viejo.
ganar amigos
¿Cómo se fabricaba un superventas de autoayuda en tiempos de Hemingway? El propio Carrnegie nos da la receta en “Cómo ganar amigos…”:
“Como preparación para este libro leí todo lo que puede encontrar sobre el tema: todo, desde artículos en diarios y revistas, los archivos de los juicios de divorcio, las obras de viejos filósofos y psicólogos modernos. Además, contraté a un investigador especializado para que se pasara un año y medio en diversas bibliotecas leyendo todo lo que yo había pasado por alto, estudiando eruditos volúmenes de psicología, hojeando centenares de artículos periodísticos, revisando incontables biografías, para tratar de establecer cómo los grandes hombres de todas las edades habían tratado a la gente (…) Recuerdo que leímos más de cien biografías de Theodore Roolsvelt solamente.”
Pero vayamos con calma. ¿Cómo puede una persona de hoy en día hacer amigos e influir en la gente? Lo primero es la vocación de superación, cuyo resultado se plasma en el éxito y la fama:
“Si nuestros antepasados no hubiesen sentido el ardiente anhelo de ser importantes, la civilización habría sido imposible. Sin él seríamos iguales que los animales.Este deseo de sentirse importante fue lo que llevó a un pobre empleado de una tienda de comestibles, un mozo sin recursos y sin educación, a estudiar unos libros de derecho que había encontrado en el fondo de un barril (…) Quizá haya oído el lector hablar de este mozo. Se llamaba Lincoln.”
Para ahorrarles la farragosa lectura de historias personales de éxito y anécdotas más o menos intrascendentes del señor Carnegie, le resumimos las Seis maneras de agradar a los demás según el manual:
- Interésese sinceramente por los demás.
- Sonría.
- Recuerde que para todas persona, su nombre es el sonido más dulce e importante en cualquier idioma.
- Sea un buen oyente. Anime a los demás a que hablen de sí mismos.
- Hable siempre de lo que interesa a los demás.
- Haga que la otra persona se sienta importante, y hágalo sinceramente.
Ahora que ya contamos con un tropel de amigos tan sólo nos queda lograr que piensen como nosotros. Ello se consigue siguiendo estas doce sencillas reglas de comportamiento expresadas en la tercera parte del libro, Logre que los demás piensen como usted:
- La única forma de salir ganando en una discusión es evitándola.
- Demuestre respeto por las opiniones ajenas. Jamás diga a una persona que está equivocada.
- Si usted está equivocado, admítalo rápida y enfáticamente.
- Empiece en forma amigable.
- Consiga que la otra persona diga “sí, sí” inmediatamente.
- Permita que la otra persona sea quien hable más.
- Permita que la otra persona sienta que la idea es de ella.
- Trate honradamente de ver las cosas desde el punto de vista de su interlocutor.
- Muestre simpatía por las ideas y deseos de la otra persona.
- Apele a los motivos más nobles.
- Dramatice sus ideas.
- Lance, con tacto, un reto amable.